El pan árabe abunda últimamente en el mercado. Hasta Bimbo
sacó unos que son caríiiiiisimos y no compraría jamás. Porque la receta es tan
pero tan fácil y tan barata, que es una burla al consumidor.
Acá va mi receta. Ni idea tengo de dónde la saqué, la tengo
escrita en un cuaderno viejísimo.
Primero hay que disolver 25 gr de levadura en 250 cc de agua
y 50 cc de leche y sumarle a eso dos cucharadas de harina 0000. Lo tapamos y
dejamos que espume. Es decir, que se forme una espuma por efecto de la levadura
fermentada.
Mientras tanto, en un bol, ponemos ½ kilo de harina 0000 con
sal. Cuando la espuma está lista, la sumamos y también agregamos una cucharada
de aceite (cualquier aceite). Unimos y luego amasamos unos minutos hasta que
quede un bollo lisito. Lo dejamos descansar tapado hasta que duplique su volumen.
Cuando eso ya está, dividimos la masa en bollos más
pequeños. Más o menos 12 a 15. Depende del tamaño de pan que nos gusta.
Finalmente, estiramos con palo de amasar
cada bollito. Yo los hago redondos pero los hay ovalados. La clave está en
estirarlos finitos. Más o menos de un milímetro. De no ser así, en el horno no
se inflan y se pierde el efecto abierto que tienen estos panes.
Preparativos para la cocción: El horno tiene que estar al
máximo que dé. Y los panes tienen que estar dispuestos en placas enharinadas.
En un par de minutos están listos, así que hay que estar atentos, sacarlos y
apilarlos tapados con un repasador para que conserven la humedad.
Extra tips: los panes árabes se descongelan en minutos así
que vienen bárbaro para salir del paso. Calientes con queso adentro son divinos
y se pueden calentar en la Essen sin necesidad de encender el horno. También
con un poco de salsita y queso: pizzetas. Si le tiran arriba una capa finita del
relleno de los fatay y cocinan todo junto, listo, fatay abiertos. Hay miles de
opciones más. Los amo.
Tuvimos el tupé: Noe (la semana pasada en nuestra cena
árabe), Marcela y Mariana anoche para acompañar la vianda navideña, y esta
noche Marce y Sole.