Los calzoni son copados, porque pueden hacerse en tamaño
individual o gigantes, pueden rellenarse de mil maneras y son muy ricos. Yo
hago varios y los congelo.
Para hacerlos, uso mi masa de fatay. Ya la compartí en el
blog, pero vuelvo a explicarla.
Hay que mezclar ½ kilo de harina 0000, 10 gr. de levadura
fresca, 150 cc de leche y 150 cc de agua tibia (sal, a gusto). Hay que amasar
cinco minutos y dejarla descansar media hora. Después, hay que dividirla,
disponerla en bollitos y volver a dejarla descansar unos 20 minutos. En este
caso, yo la dividí en 6 porciones y me alcanzó para seis calzoni potentes.
Finalmente, hay que estirarlos, rellenar y llevar al horno fuerte.
Les voy a contar una de las opciones de relleno. Los otros
los hice de espinaca y queso y de zucchini, berenjena asada y queso.
Pero la más “original” es la de pollo, así que voy con esa.
Tenía en la heladera un poco de salsa barbacoa que me había dado mi hermana
antes de irse de viaje para que la “gaste”. En mi vida usé salsa barbacoa. Pero
me acordé que una vez había comido una pizza en Casa Opera de pollo con
barbacoa. Intenté reproducir ese topping.
En fin, corté una pechuga en daditos y puse en una sartén
muy poca aceite. Doré un poco el pollo y después agregué aceto con miel (uno
que ya viene así y lo uso a morir – lo hace Nectary, una mini empresa
berissense). Finalmente, cuando se fue caramelizando todo, le agregué dos
cucharadas de barbacoa y mezclé rápido. Listo el pollo.
Al calzoni le puse este relleno y un poco de queso fresco.
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