A decir verdad, no es la primera vez que la
hago. Ya lo había intentado dos veces sin éxito. Why? Llamémosle “distracción y
sobrecocción” en la primera ocasión y “demasiada improvisación te matará” en la
segunda.
El
verano me suele dar la paz para hacer este tipo de cosas sin error. Y es
importante, porque la verdad que no es una receta necesariamente económica.
Suele pasar que, una vez que uno se olvida
de la mala experiencia, repite el intento. Fíjense: pasa con las películas que
no pudimos continuar viendo, con la cola del Nini y con las relaciones. Bueno,
con las recetas que a uno le gustan mucho, también sucede.
Hace algunas semanas, fuimos con mi hermana
y dos amigas a desayunar a La Trufa en la CABA. Un lugar muy hermoso que
recomiendo ampliamente. Con Noe pedimos un desayuno para compartir que incluía
un yogur natural con frutas y granola casera. Fue la gloria, lo amamos (salvo
porque las peras no estaban peladas – cosas mías). En fin, ese yogur fue
revisado en nuestras conversaciones varias veces y hoy dije: hagamos granola.
Busqué una receta de Narda y la hice casi
igual, salvo que cambié muchos ingredientes porque no los tenía pero respeté el
peso de todo y, esta vez con cronómetro, los tiempos.
Primero hay que poner en una placa limpia
200 gr de frutos secos (yo usé nueces, maníes, castañas, almendras y quinoa) y
llevar eso al horno medio por entre 6 y 8 minutos. En la mitad, remuevan así se
van tostando parejo y fíjense los tiempos según su horno, no se distraigan.
Luego sumamos 250 gr de los siguientes
ingredientes: semillas de girasol, coco rallado y avena. En esta etapa Narda
también usaba lino, sésamo y germen de trigo, pero yo no tenía así que aumenté
las cantidades de los otros ingredientes. Siéntanse libres de improvisar
también según sus gustos y posibilidades. Otra vez al horno 6 a 8 minutos y mezclando.
Mientras tanto, vamos a llevar a baño María
150 gr de miel y 4 cucharadas de azúcar hasta que se fundan. La receta proponía
azúcar rubia pero yo no tenía más que común, lamentablemente. Vean.
Ahora volcamos los frutos y semillas en un
bowl y le sumamos 50 gr de pasas de uva, luego sumamos la miel y el azúcar y
mezclamos asegurándonos que todo se embeba.
Aceitamos o enmantecamos una placa y
volcamos toda la mezcla ahí. Al horno nuevamente unos 10 minutos. ¡ATENCIÓN!
Acá es donde más riesgo hay de que se queme, por la incorporación del azúcar.
Así que un ratito antes, se fijan.
Listo. Rinde un montón y (cuidado) es
altamente adictiva. Puede acompañar yogur, helado, postres… Una genialidad.
También Narda proponía ponerle pochoclos o tutucas. Qué sé yo, da para mucho…
Me pregunto si habrá una versión salada…
Tuvimos el tupé: yo (y la otra mitad es
para Noe)
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