¿Qué es esto?

¡Qué tupé hacer un blog de cocina sin ser una profesional del tema! Acá va mi recetario. Las comidas que cocino de verdad. Las recetas de mi mamá, mi nona, mi abuela, mi suegra, mi cuñada y mis amigas, que no quiero perder. Las cosas que disfruté sola, con mi novio, con mis amigos y mi familia. Las recetas que me piden, que ofrezco y que amo. Si les gusta, aprovechen.

miércoles, 28 de enero de 2015

Todo lo que hice con higos

Como ya les he contado, en casa hay una higuera que este verano estuvo muy prolífica. Yo no soy de esas personas que comen frutas. De hecho, no como frutas así solas. Y aunque las comiera, estuve sacando alrededor de un kilo de higos por día. Imposible. Así que hice mucha investigación para ver qué cosas podía hacer con mis higos.

Hice tres recetas que voy a compartir acá con ustedes. Prosigamos:

1)      HIGOS EN ALMÍBAR
Esta receta la saqué de una página que amo que se llama Food52 (se las recomiendo). De todas formas, le hice modificaciones como siempre.
Primero hay que apoyar un kilo de higos paraditos en una olla profunda. Se espolvorean con dos tazas de azúcar y una cucharadita de esencia de vainilla. Finalmente se agrega un centímetro de agua, que puede ser reemplazada por algún vino dulce o poner mitad y mitad. Yo los hice con agua. Se lleva a hervor con fuego fuerte y luego se baja el fuego y se cocina una media hora más o menos.
Se pueden comer tibios o fríos. Con Noe lo acompañamos con helado de crema americana como postre.






2)      MERMELADA DE HIGOS
Esta receta me la dio mi alumno Raúl, que hace mermeladas todo el verano para comer en invierno y sabe mucho del tema.
Procesé un kilo y medio de higos (sin el cabito, por supuesto). No es estrictamente necesario procesarlos, se pueden picar chiquitos, depende cómo les guste.
Los puse en una olla con jugo de medio limón, una manzana rallada y medio kilo de azúcar. Puede parecer poca azúcar, pero está bien porque los higos son muy dulces.
Tardó más o menos 2 horas en alcanzar el punto de mermelada. Para comprobar el punto hay que sacar una cucharada de mermelada y ponerla en un plato. Cuando temple un poco, pasamos un dedo por el medio y la mermelada no tiene que volver a unirse.






3)     MASITAS DE HIGO ESPECIADAS
Estas masitas también las saqué de Food52. Y las cambié un poquito, nada más.
La masa lleva: 75gr de manteca derretida, 3/4taza de azúcar rubia (como no tenía, puse media taza de azúcar negra y un cuarto de blanca), una cucharadita de esencia de vainilla, 2 huevos y 2 tazas y media de harina leudante. Una vez que unimos los ingredientes, la masa tiene que esperar en la heladera una hora.
El relleno es así: medio kilo de higos picados, 3/4tazas de azúcar rubia (hice lo mismo que con la masa), ralladura de una naranja, clavo de olor y canela a gusto. Se lleva a fuego lento y se cocina media hora o más si es necesario, hasta que tome una consistencia de mermelada dura. Le sume fuera del fuego algunas nueces – lo cual no estaba en la receta original.

Tomamos la mitad de la masa y la estiramos con palote. En una de las mitades, untamos la mitad del relleno ya templado y luego doblamos la masa. Conviene marcar las masitas antes y luego las terminamos de cortar fuera del horno. Se repite la operación con el resto de la masa y el relleno. Se cocinan unos 15 minutos a 200°.

viernes, 16 de enero de 2015

Medallones de menta y de coco. Un tupé colaborativo.

El miércoles nos juntamos con Jime en uno de nuestros encuentros maratónicos. Ella me mandó una receta para que hagamos de postre de medallones de menta y coco que estaba medio difícil de ingredientes (aceites de coco, de menta, difícil). Entonces le pasé a Jime una receta que me había compartido Noe (mi hermana) que era fácil y fuimos entre las dos pensando cómo hacerla y transformarla para hacer también de coco. Terminamos reproduciendo una receta pero también creamos una. ¡Qué tupé!

Así que llevé algunos ingredientes yo y otros aportó Jime y nos salieron estas delicias.

La mano va así: mezclamos 300 de azúcar impalpable con una clara hasta que quede como una masa fácil de manipular a mano. A eso por un lado se le puede agregar esencia de menta (antes de mezclar, claro) o coco rallado a gusto con esencia de vainilla. Luego hicimos bolitas y las aplastamos. Dejamos los medallones en el freezer para que sequen y mientras derretimos chocolate cobertura. Jime, con su prolijidad y sentido de la estética, las pintó de un lado, esperó que el chocolate seque en el freezer y luego las dio vuelta y las terminó de pintar.

Además de quedar ricas, quedaron herrrrrmosas. Se me ocurre que se les puede agregar otras esencias – cuando fui a la repostería tenían esencias de lo que se les ocurra. O también alguna cosa crocante, no sé. Creen.

Tuvimos el tupé: Jime, Dani y yo


Promesa: tendrán el tupé Noe (que se enojó un poco porque ella me había pasado la receta), Dani y Wandi. Y Marce. Paren un poco que lo mío no es la pastelería.

domingo, 11 de enero de 2015

Pesto de arvejas

Enamorada de esta receta. Bien de verano y para compartir con amigos. Además voy a decir algo: siempre odié las arvejas hasta que probé las frescas y las congeladas. Las de lata son como bolitas de arena sin gusto a nada. Las de verdad, son dulces y coloridas. Así que verán que no recomiendo que hagan este pesto con arvejas enlatadas. Pero allá ustedes.

Así de fácil es: tenemos que procesar todo lo que sigue junto:

  • ·         Una taza de arvejas (si son congeladas, las usamos ya descongeladas. Si son frescas hay que blanquearlas y dejarlas enfriar)
  • ·         Cuatro cucharadas de queso rallado. Yo usé parmesano.
  • ·         Menta y albahaca – a gusto
  • ·         Un diente de ajo
  • ·         Jugo de medio limón
  • ·         Dos cucharadas de aceite de oliva
  • ·         Sal y pimienta – a gusto

Listo el pesto. Le pueden agregar nueces como hice yo. Los veganos pueden sacarle el queso. Pueden ponerle ralladura de limón, también. Jueguen con su imaginación y usen las proporciones a piaccere. ¡¡¡Prueben, prueben!!!

Tendremos el tupé esta noche: Noe, Dani, Wandi y yo


Nota al pie para Marce y Marian: el martes les hago ;)

martes, 6 de enero de 2015

Blondies

Bueno, hoy tengo un muy mal día. Quizás cocinar me ayude, pensé. No mucho, la verdad pero bueno, ocupé un rato de mi día en este proyecto, las compras y la preparación, y esas cositas.

Esta era una de las recetas que me propuse probar este verano. La verdad que no hace mucho calor y lleva un rato de horno muy cortito.

Una de las cosas dulces que más me gustan (cuando está bien hecho) es el brownie. Tengo mi receta, por supuesto. Un día de estos se las paso. Da la casualidad que el día más horrible de mi vida, había hecho uno. Me alimenté con eso una semana, porque no tenía ganas de cocinar y sabía que tenía que comer. Incluso me llevaba cuadraditos al trabajo para la merienda.

En fin, hoy no sé si es el peor día de 2015. Ojalá que sí porque entonces los demás serán mejores. Pero me doy este regalo a ver qué pasa.

La técnica de los blondies es la misma que la de los brownies, o sea, es la no-técnica. Por eso  es fácil pero la clave es el tiempo.

Primero, se mezclan los ingredientes secos: una taza y media de harina leudante y media cucharadita de sal.

Por otro lado, se mezclan los líquidos: 100 gr de manteca derretida (esperen a que se enfríe un poco), una taza y media de azúcar rubia, dos cucharaditas de esencia de vainilla y dos huevos ligeramente batidos

Unimos todo y le sumamos una taza de chocolate picado o chips. Yo hice mitad chocolate blanco y mitad semi-amargo. Pero acá elijan. Y una taza de nueces. Yo las tosté un rato en el horno porque me gustan más, pero de nuevo elijan.

Es muy importante que no batamos demasiado al unir todas las mezclas, porque corremos el riesgo de que nos quede como una torta. Y esto NO ES UNA TORTA.

Ponemos todo en un molde cuadrado enmantecado y enharinado (yo uso papel manteca también) y cocinamos 10 minutos a horno muy fuerte. Después bajamos la temperatura al mínimo que dé el horno y sacamos el blondie cuando veamos que la superficie empieza como a resquebrajarse y está seca. Es importante que no se sobrecocine. Tiene que quedar medio crudito adentro, al igual que un buen brownie.

Listo. Esperamos que se enfríe y cortamos en cuadraditos.


El tupé hoy lo tengo yo. Pero el que me visite más adelante podrá probarlo (voy a congelarlo porque si me lo como todo voy a rodar y me estoy cuidando).