¿Qué es esto?

¡Qué tupé hacer un blog de cocina sin ser una profesional del tema! Acá va mi recetario. Las comidas que cocino de verdad. Las recetas de mi mamá, mi nona, mi abuela, mi suegra, mi cuñada y mis amigas, que no quiero perder. Las cosas que disfruté sola, con mi novio, con mis amigos y mi familia. Las recetas que me piden, que ofrezco y que amo. Si les gusta, aprovechen.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Sabayón de café

ADVERTENCIA PREVIA: hay que batir un rato largo. Así que les recomiendo que lo hagan sólo para ustedes o para dos, no más.

Tenía tres yemas que me habían quedado sueltas  porque había tenido que rehacer el merengue del Rogel de mi cumpleaños, por razones que no vienen al caso.

Yemas solas… no sabía qué hacer. Y me acordé de mi infancia. Mi papá nos hacía un sabayón muy rico los fines de semana que a nosotras nos encantaba.

Pero me acordé también que en algún lugar había visto una receta de sabayón de café. Googleé la receta y no la encontré, pero encontré otras que del todo no me convencían y armé algo propio.

Esto es lo que hice: sobre baño maría, batí 3 yemas, unos 50cc de agua mineral, cuatro cucharaditas de azúcar y una y media de café instantáneo.

A batir como loca hasta que se arma una especie de mousse o como si fuesen claras batidas a nieve. ¿Se entiende?

Luego, fuera del fuego, seguí batiendo un rato para que se enfríe y no se siga cocinando la yema.
Me alcanzaron dos pocillitos como los de la foto. Poquito pero bien.

Muchas recetas incluían licor de café, que no tengo porque los licores no me gustan. Prueben, el sabayón debe tener alcohol, en realidad.


Tuve el tupé: yo (en dos entregas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario