¿Qué es esto?

¡Qué tupé hacer un blog de cocina sin ser una profesional del tema! Acá va mi recetario. Las comidas que cocino de verdad. Las recetas de mi mamá, mi nona, mi abuela, mi suegra, mi cuñada y mis amigas, que no quiero perder. Las cosas que disfruté sola, con mi novio, con mis amigos y mi familia. Las recetas que me piden, que ofrezco y que amo. Si les gusta, aprovechen.

viernes, 27 de junio de 2014

Dos ensaladas de invierno

Hace frío y, aunque como a mí nos encanten los vegetales, cuesta comerlos fuera de una sopa o gratinados.
Las ensaladas son siempre ricas y creativas. Estas dos son, como siempre, parte mías y parte lo que vi o probé.

De vegetales crudos y cocidos

Empecemos por la que hice hace unas semanas para acompañar el asado que se mandó mi papá. Ahí va:

Siempre que voy a la feria compro una berenjena y un zuchinni. Llego a casa, los corto en ruedas finitas, los pongo al horno con muy poquita aceite, sal y pimienta y los doro vuelta y vuelta. Después eso lo almaceno y lo uso en tartas o en ensaladas o con una vinagreta para picar antes de la cena.

Esta vez formaron parte de una ensalada que además tenía: radicheta, palta y morrón asado. La vinagreta es: dos partes de aceite de girasol, una de aceto, un poco de miel, sal y pimienta.

Ensalada de papas

La segunda es de la tele, no me acuerdo quién la hizo. Y tiene un poco más de elaboración. La hice para el día del padre (como verán últimamente me encargo de las ensaladas en los almuerzos familiares). Primero hay que hervir medio kilo de papas en cubitos. Yo le pongo al agua un chorrito de vinagre para que no se desarmen.

A eso se le agrega media cebolla morada picada finita, cilantro picado (o perejil, aunque no es lo mismo) y una cucharada de alcaparras picadas groseramente.

Ahora la vinagreta: hay que hacer un huevo pasado por agua. Es decir, hervir un huevo unos 4 minutos y luego enfriarlo rápidamente, por ejemplo con agua y hielo. Adentro queda crudo, entonces se pisa con un tenedor y se hace una especie de mayonesa agregando de a poco aceite y batiendo. A eso le agregamos una cucharada de mostaza, cualquier variedad. Y listo.


Tuvimos el tupé: Noe, Ariel, mi papá y yo

domingo, 22 de junio de 2014

Risotto de hierbas y limón: Sí, ahora como arroz.

Los que me conocen hace mucho y han compartido almuerzos, cenas y viajes conmigo, saben que el arroz siempre fue la única comida que no me gustaba. Nunca supe bien por qué: quizás la vinculo con una época de crisis económica en mi casa o quizás mi mamá no lo hacía muy delicioso (a ella temo que tampoco le gustaba). La cuestión es que estuve al menos 20 años sin comer arroz – salvo algunas anécdotas que no vienen al caso.

Hace más o menos un año le hice a Ariel un arroz con pollo a pedido, porque jamás se me hubiese ocurrido. Y olía tan bien que lo probé: Me gusta el arroz, qué bien…

No lo paso frío en una ensalada ni en una sopa ni loca. Pero las paellas y los risottos me encantan.

Probé hace un tiempito esta receta de Narda (con mis modificaciones, obvio) y salió muy bien. La comparto:

1)      Primero, para hacer un risotto hay que tener un caldo bueno. En invierno en mi casa siempre hay porque amo comer sopa todos los días si es posible. Y tiene que mantenerse tibio todo el tiempo de la cocción del arroz.

2)      Ahora sí, hay que picar cebolla y ajo bien chiquito y rehogarlos.

3)      Luego se agregan dos tazas de arroz y se va revolviendo hasta que se ponga transparente. El arroz no puede ser el que “nunca se pasa ni se pega” porque el risotto es una preparación cremosa y nunca se llega al efecto con esa variedad. Yo usé uno de grano largo fino.

4)      Ahí se le agrega media taza de vino y media taza de jugo de limón. Y se espera a que evapore casi todo el líquido.

5)      Luego se va agregando el caldo de a cucharones, revolviendo, hasta que el arroz esté listo. Aproximadamente 20 minutos. Pero un ratito antes, se le suman las hierbas. Yo puse las que tenía: orégano fresco, tomillo seco y estragón seco. Narda le ponía orégano, tomillo, salvia y perejil. Prueben. Y además, una cucharada de alcaparras que yo piqué groseramente.

6)      Técnicamente, el risotto se saca del fuego y se “monta”, es decir que se le agrega manteca fría y mucho queso rallado. Yo le puse muy poca manteca y el queso lo obvié, pero solamente para que no sea una bomba.

7)      Para acompañar, pensé algo que se haga fácil, rápido y que no lleve mucha elaboración, ya que el arroz requiere atención constante. Corté en tiras una pechuga y la cociné en una sartén con muuuuuy poca aceite vuelta y vuelta.


Tuvimos el tupé: Ariel y yo

jueves, 12 de junio de 2014

El tupé de Fede

Parece que no soy la única que despunta el vicio culinario. Fede es el marido de Vale, a la que conozco hace 20 años (a él más o menos lo mismo). Hace unas pizzas muuuy ricas que probé hace muy poquito en el cumple de su hijo. Y se ve que decidió compartir con los demás su don para la pizza casera. Me alegra este emprendimiento, muy copado. Pueden encargar su pizza para hornear a través de su página de Facebook Pizza Home. Espero que lo hagan.