¿Qué es esto?

¡Qué tupé hacer un blog de cocina sin ser una profesional del tema! Acá va mi recetario. Las comidas que cocino de verdad. Las recetas de mi mamá, mi nona, mi abuela, mi suegra, mi cuñada y mis amigas, que no quiero perder. Las cosas que disfruté sola, con mi novio, con mis amigos y mi familia. Las recetas que me piden, que ofrezco y que amo. Si les gusta, aprovechen.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Tupé invitado: Tostón de palta y salmón rosado de Noe (mi hermana).

Noe es como yo: no se priva de comer bien aunque no sea un día especial o tenga invitados. He hecho algunas cosas en estos días pero tengo fiaca de escribir. Así que les dejo esta receta sencilla que, aunque no probé, es afín a mí filosofía culinaria. ¡Qué la disfruten! Y, un deseo mejor, ¡Que si no tienen los ingredientes o no les gustan, la sepan adaptar!

Siempre está bueno tener un buen pan de campo o baguette, o algún pan que nos guste. Para mi el pan tiene que tener una buena corteza, crocante por fuera y adentro una miga blanda. Si vivís solo como yo, un buen pan puede hacer la diferencia en un almuerzo veloz de semana agitada, es la opción alternativa al pancho o la comida chatarra del payaso de la M. Solo es cuestión de tostarlo y arriba combinar una amplia gama de sabores: Un Huevo poche, un buen jamón y queso, o un trozo de carne al horno fileteado que te sobro del día anterior, con queso crema, rúcula fresca y parmesano… Se me ocurren mil ideas. Y si bien estamos comiendo pan, podemos combinarlo con vegetales grillados, quesos livianos y carnes magras y estaríamos comiendo un buen plato al paso que nos evita el comer las empanadas y tartas compradas, esas que tanto se consumen a los que laburamos en una oficina en pleno centro.
Dicho este tip introductorio les cuento esta sencilla receta que surgió un sábado a la noche que volvía de Berisso y sin ganas de cocinar, pero con muchas ganas de comer algo rico (Sucede seguido ¿no?).

Tenía entonces una baguette en casa de pan integral y había podido comprar un trozo pequeño de salmón rosado, su pequeñez lo hizo accesible a mi bolsillo, claro está. También siempre tengo una palta en su punto justo, porque soy de las que piensa que este fruto es de los mejores regalos de la creación.
Así que pisé la palta rústicamente con oliva, pimienta y limón y en mi wok grillé mi pedacito de salmón rosado con un poco de oliva, y luego terminé la cocción con vino blanco, salsa de soja y un poquito de azúcar negra porque me gusta siempre lo agridulce.
Lo que resta es el armado: Pan tostado, palta y por encima el salmón..

Tuve este tupé sencillísimo: yo. 

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