¿Qué es esto?

¡Qué tupé hacer un blog de cocina sin ser una profesional del tema! Acá va mi recetario. Las comidas que cocino de verdad. Las recetas de mi mamá, mi nona, mi abuela, mi suegra, mi cuñada y mis amigas, que no quiero perder. Las cosas que disfruté sola, con mi novio, con mis amigos y mi familia. Las recetas que me piden, que ofrezco y que amo. Si les gusta, aprovechen.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Pan árabe: la receta más fácil y versátil del mundo.

El pan árabe abunda últimamente en el mercado. Hasta Bimbo sacó unos que son caríiiiiisimos y no compraría jamás. Porque la receta es tan pero tan fácil y tan barata, que es una burla al consumidor.

Acá va mi receta. Ni idea tengo de dónde la saqué, la tengo escrita en un cuaderno viejísimo.

Primero hay que disolver 25 gr de levadura en 250 cc de agua y 50 cc de leche y sumarle a eso dos cucharadas de harina 0000. Lo tapamos y dejamos que espume. Es decir, que se forme una espuma por efecto de la levadura fermentada.

Mientras tanto, en un bol, ponemos ½ kilo de harina 0000 con sal. Cuando la espuma está lista, la sumamos y también agregamos una cucharada de aceite (cualquier aceite). Unimos y luego amasamos unos minutos hasta que quede un bollo lisito. Lo dejamos descansar tapado hasta que duplique su volumen.

Cuando eso ya está, dividimos la masa en bollos más pequeños. Más o menos 12 a 15. Depende del tamaño de pan que nos gusta. Finalmente, estiramos con  palo de amasar cada bollito. Yo los hago redondos pero los hay ovalados. La clave está en estirarlos finitos. Más o menos de un milímetro. De no ser así, en el horno no se inflan y se pierde el efecto abierto que tienen estos panes.

Preparativos para la cocción: El horno tiene que estar al máximo que dé. Y los panes tienen que estar dispuestos en placas enharinadas. En un par de minutos están listos, así que hay que estar atentos, sacarlos y apilarlos tapados con un repasador para que conserven la humedad.

Extra tips: los panes árabes se descongelan en minutos así que vienen bárbaro para salir del paso. Calientes con queso adentro son divinos y se pueden calentar en la Essen sin necesidad de encender el horno. También con un poco de salsita y queso: pizzetas. Si le tiran arriba una capa finita del relleno de los fatay y cocinan todo junto, listo, fatay abiertos. Hay miles de opciones más. Los amo.


Tuvimos el tupé: Noe (la semana pasada en nuestra cena árabe), Marcela y Mariana anoche para acompañar la vianda navideña, y esta noche Marce y Sole.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Tupé invitado: Tostón de palta y salmón rosado de Noe (mi hermana).

Noe es como yo: no se priva de comer bien aunque no sea un día especial o tenga invitados. He hecho algunas cosas en estos días pero tengo fiaca de escribir. Así que les dejo esta receta sencilla que, aunque no probé, es afín a mí filosofía culinaria. ¡Qué la disfruten! Y, un deseo mejor, ¡Que si no tienen los ingredientes o no les gustan, la sepan adaptar!

Siempre está bueno tener un buen pan de campo o baguette, o algún pan que nos guste. Para mi el pan tiene que tener una buena corteza, crocante por fuera y adentro una miga blanda. Si vivís solo como yo, un buen pan puede hacer la diferencia en un almuerzo veloz de semana agitada, es la opción alternativa al pancho o la comida chatarra del payaso de la M. Solo es cuestión de tostarlo y arriba combinar una amplia gama de sabores: Un Huevo poche, un buen jamón y queso, o un trozo de carne al horno fileteado que te sobro del día anterior, con queso crema, rúcula fresca y parmesano… Se me ocurren mil ideas. Y si bien estamos comiendo pan, podemos combinarlo con vegetales grillados, quesos livianos y carnes magras y estaríamos comiendo un buen plato al paso que nos evita el comer las empanadas y tartas compradas, esas que tanto se consumen a los que laburamos en una oficina en pleno centro.
Dicho este tip introductorio les cuento esta sencilla receta que surgió un sábado a la noche que volvía de Berisso y sin ganas de cocinar, pero con muchas ganas de comer algo rico (Sucede seguido ¿no?).

Tenía entonces una baguette en casa de pan integral y había podido comprar un trozo pequeño de salmón rosado, su pequeñez lo hizo accesible a mi bolsillo, claro está. También siempre tengo una palta en su punto justo, porque soy de las que piensa que este fruto es de los mejores regalos de la creación.
Así que pisé la palta rústicamente con oliva, pimienta y limón y en mi wok grillé mi pedacito de salmón rosado con un poco de oliva, y luego terminé la cocción con vino blanco, salsa de soja y un poquito de azúcar negra porque me gusta siempre lo agridulce.
Lo que resta es el armado: Pan tostado, palta y por encima el salmón..

Tuve este tupé sencillísimo: yo.