¿Por qué es esta mi parte favorita del año? Por el clima,
porque ya estamos en la recta final del año, porque cuando me levanto es de
día, porque empiezan las actividades de la Fiesta del Inmigrante y porque hay alcauciles.
Les parecerá exagerado, pero no lo es. Si vienen siguiendo las publicaciones,
sabe todo lo que estos animalitos significan para mí. Fuera de broma, los
alcauciles son mi nona, mi mamá y yo, los corazones, el concurso que gané. En
fin, todo eso.
Cuando llega la temporada siempre hago mis recetas favoritas
(los rellenos de la Nona y la tarta) pero también me gusta probar recetas
nuevas. Y mucho tiempo no hay porque la temporada es muy corta.
Así que el sábado compré en la feria dos alcauciles (más que
suficiente para mí) y ayer hice esta receta, que es genial. La pueden encontrar
completa en la página de Narda Lepes. De ahí la saqué. Pero la modifiqué porque
me faltaban cosas, claro.
El rellleno: saltear los tallos de los alcauciles con ajo y
verdeo (acá vean las cantidades según su gusto). Cuando ya está, le agregamos
semillas de sésamo. A esto se le suma miga de pan desgranada y remojada en
leche, queso rallado y queso fresco (uno no muy blando).
Armado y cocción: se rellenan los alcauciles y se pone sobre
ellos un poquito de manteca. Los apoyamos en una fuente para horno profunda y
sumamos un centímetro de líquido. Yo combiné vino blanco y caldo de verduras.
Tapamos con aluminio y cocinamos. Cuando el alcaucil está listo, destapamos y
dejamos que dore.
Me sobró relleno. Así que lo usé para rellenar un morrón y
ese es mi almuerzo. Bieeeen!!!
Tuve el tupé: yo
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