¿Qué es esto?

¡Qué tupé hacer un blog de cocina sin ser una profesional del tema! Acá va mi recetario. Las comidas que cocino de verdad. Las recetas de mi mamá, mi nona, mi abuela, mi suegra, mi cuñada y mis amigas, que no quiero perder. Las cosas que disfruté sola, con mi novio, con mis amigos y mi familia. Las recetas que me piden, que ofrezco y que amo. Si les gusta, aprovechen.

viernes, 31 de octubre de 2014

Croque Monsieur

Todo comenzó en la Feria Masticar, donde comimos con Noe estos sándwiches de Cristophe Krywonis (ver álbum Masticar 2014). No, mentira, empezó hace unos meses cuando Noe me contó por Whatsapp desde París que había comido este sándwich y le encantó. Quedó dando vueltas y lo probamos en Masticar.

Después, acordamos con Marce y Marian una juntada donde yo les iba a cocinar y, a pedido de Marce, armé esta receta por primera vez. Es fácil y muy buena para recibir amigos.

Acá va: Primero hay que armar los sándwiches con pan lactal, jamón y queso. Yo los hice en la prensadora más que nada por miedo a que se me desarmen. Pero se pueden hacer así: tostar levemente el pan con manteca y armar. Por otra parte, armé una salsa blanca así: poner al fuego 40 gramos de manteca y cinco cucharadas de harina hasta que se cocine y teniendo mucho cuidado de que no se queme. Luego sumar medio litro de leche condimentada con sal, pimienta y nuez moscada, de a poco y revolviendo todo el tiempo hasta que se arme una salsa blanca liviana. Ya fuera del fuego se le suma queso fontina rallado (más o menos 100 gramos). El armado final consiste en untar los sándwiches con la salsa blanca y llevarlos al horno con un poco más de fontina rallado. Cuando gratinan, listo.

Lo acompañamos con una ensalada de chauchas, rúcula, tomates deshidratados y cebollas asadas (la vinagreta es la misma que la de la ensalada de espárragos que subí hace un tiempo) y unos huevos pasados por agua. Y también lo acompañamos con  cervezas, Campari, nos morimos un poco de risa, yo me hice psicoanalizar, etc. Todo eso, suma, la verdad...

Tuvimos el tupé: Marian, Marce y yo

domingo, 26 de octubre de 2014

Torta italiana de peras y chocolate: el nacimiento de un clásico

Miren, todavía no la saqué del horno pero ya lo sé: esta receta se va a repetir varias veces. Primero porque es rica, pero sobre todo porque es muy fácil. Y yo no soy de tener paciencia con la pastelería.

Hice un tercio de la receta publicada en la página de Narda, que está acá http://www.nardalepes.com/receta/tarta-italiana-r-stica. Básicamente hice una receta pequeña porque si no, la tengo que comer toda yo y mi colesterol no me lo permite. Pero yo diría que dupliquen para hacerla tamaño normal porque triplicada es un tortón gigante.

Bueno, en fin, denme tiempo libre y cocinaré aunque hagan 30 grados en octubre.

La cosa es así: lo más lindo de todo es que la manteca va derretida. Gracias. Odio esperar a que se ponga pomada y la única razón por la que me compraría un microondas es para acelerar ese procedimiento (flaca razón). Derriten en una sartén 80 gramos hasta que tome un color dorado y huela a nueces. Dejamos enfriar.

Entre tanto batimos dos huevos por 5 minutos con batidora eléctrica. Un poco más si lo hacen a mano. Queda un batido clarito. A eso le agregamos 150 de harina leudante y 100 de azúcar, siempre mezclando con batidor. A lo último, se agrega la manteca derretida (que ya tiene que estar a temperatura ambiente).

En una fuente que sea linda para dejar la torta ahí, ya que no se desmolda, puse rocío vegetal y apané con pan rallado. Ahí se vuelca la preparación y se la cubre con una pera grande cortada en cubos de un cm., unos 50 gramos de chocolate picado grueso y semillas de amapola a gusto.

En el horno mío, tardó media hora, pero depende de cada horno.


Si cae alguien, tendrá el tupé. Si no, es solamente mía ;)