¡Cuánto hacía que no hacía! Se transformó
en un clásico y, sin embargo, en algún momento, dejé de hacer esta receta.
Hasta que acordé con Dani para ir a cenar a su casa y recodé que a Fede “es el
único postre que le gusta”, según sus propias palabras.
Un poco porque es uno de mis clásicos y
otro poco porque Dani DEBE aprenderse esta receta (jiji), acá la comparto con
todxs.
Primero hay que hacer la masa: 150 gr de
harina 0000, medio huevo (sí, bátanlo un poco y calculen la mitad del volumen a
ojo, sin miedo), media cucharadita de sal, 3 cucharadas de aceite y agua tibia
hasta formar una masa blanda pero que se despegue del bowl. Pensemos que habrá
que estirarla finita sin que se pegue a la mesada.
Mientras la masa descansa, armamos el relleno:
cortamos bien finito 3 manzanas verdes, las mezclamos con 3 cucharadas de
azúcar negra y 3 de blanca, una cucharadita de canela y 100cc de crema
semibatida. Se le pueden agregar pasas y/o frutas secas.
Para el armado, estiramos en forma cuadrada
la masa sobre la mesada lo más finito posible, espolvoreamos sobre ella pan
rallado (que absorberá la humedad extra) y arriba desplegamos las manzanas de
manera pareja. Luego enrollamos con mucho cuidado. Para cerrar el rollo, usemos
agua y tratemos de que el cierre quede hacia abajo. Pasamos a una asadera y
pintamos con el medio huevo que sobró. Podemos también espolvorear con azúcar.
Finalmente hornemos en horno fuerte unos 20
minutos y servimos tibio con helado de crema o un poco de chantilly.
Tuvimos el tupé: Dani, Fede, Nacho y yo.