Les cuento que vengo queriendo hacerla hace
aproximadamente un año. Pero tenía un primer obstáculo: no tenía lavanda en
casa. Un poco extremo, quizás, pero en fin: fui al vivero y me compré una. No
soy muy buena con las plantas pero mi lavanda siempre me amó y no dejó de
florecer nunca en todo el año, además de bancarse una mudanza y, con ella,
cambios de hábitat.
Todo esto para sacar tres flores de la
planta y dejarlas secar (más o menos una semana en un platito en mi cocina).
Todo listo para empezar:
Primero, tenemos que batir 200 gr de
manteca pomada con 170 gr de azúcar. Unos tres minutos, hasta que esté
blanquecina la mezcla. Y si tienen batidora eléctrica, es un trámite.
Por otra parte hay que mezclar “los secos”:
100gr de harina leudante, 200 gr de polenta y 1 ½ cucharadita de polvo para
hornear.
Bien, ahora al batido de manteca+azúcar le
alternamos los secos y tres huevos. Yo lo fui mezclando con batidor.
Finalmente se suma la ralladura de 2
limones, el jugo de uno de ellos y una cucharada de lavanda seca deshojada.
La receta original (además de llevar un almíbar
que dudo quede bien) estaba pensada para una torta a cocinar en un molde
enmantecado de 23 cm .
Yo pensé que iba a ser lindo hacerla como muffins dada la ocasión del día del
amigo y quedó genial. Alcanzan unos 14 aproximadamente.
Tuvimos el tupé: Dani, Bar y yo. Ceci
olvidó llevarse uno L