Me atrevo a decirles “mis” porque modifiqué la receta que
había anotado tantas veces que ya son mi versión. Además los hago siempre así y
nunca fallan.
La ocasión esta vez fue agasajar a un grupo de alumnos que
desde el año pasado van siguiendo mi pasión por la cocina. Tanto que una se
enojó porque no me anoté en Master Chef, ja.
Así que, después de varias idas y vueltas, la semana pasada
tuvieron sus brownies. Por suerte, aprobaron la receta. Porque, como ya dije,
no falla.
La cosa es así: derrito 100gr de chocolate de taza junto con
120gr de manteca a baño maría. Cuando se enfría un poco, le sumo 200gr de
azúcar, dos huevos, 120gr de harina leudante y nueces. En esta ocasión, como
nueces no tenía, les puse chocolate blanco. Es importante no batir cuando
incorporamos, sino mezclar. Porque el brownie es una torta de chocolate mal
hecha. Así nomás.
Otra no-técnica del brownie es el horneado. Ponemos la
mezcla en una fuente enmantecada y enharinada y la horneamos a horno muy fuerte
durante 10 a 15 minutos. Luego se baja el horno al mínimo y se retira cuando la
superficie está seca, pero no mucho el interior del brownie.
Corté 8 porciones generosas (una para cada uno de mis
alumnitos) y se las llevé a clase.
Tuvieron el tupé: Valen, Mica, Iara, Zoe, Miki, Juan
Esteban, Juan Pablo y Santi.